Jesús sana a una mujer de fe.

Marcos 5:22-43, © 2015 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.

22 Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y cuando le vio, se postró a sus pies
23  y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está al borde de la muerte; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y viva.
24  Y fue con él, y le seguía una gran multitud, y le apretaban.
25  Y una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años,
26  y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y de nada le había aprovechado, sino que le iba peor,
27  cuando oyó hablar de Jesús, se acercó por detrás entre la multitud y tocó su manto.
28  Porque decía: Si tocare tan solo su manto, quedaré sana.
Mark 5:22–43, A woman touches Jesus's clothes






29  Y al instante la fuente de sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel padecimiento.
30  E inmediatamente Jesús, conociendo en sí mismo que había salido virtud de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
31  Y le dijeron sus discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
32  Y él miraba alrededor para ver a la que había hecho esto.
33  Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella se había hecho, vino y se postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
34  Y él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; ve en paz y queda sana de tu aflicción.
35  Y mientras él aún hablaba, vinieron de la casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas más al Maestro?
36  Pero Jesús, oyendo lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
37  Y no permitió que nadie fuese con él sino Pedro, y Jacobo y Juan, hermano de Jacobo.
38  Y vino a la casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y gemían mucho.
39  Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La muchacha no está muerta, sino duerme.
40  Y hacían burla de él; mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la muchacha, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la muchacha.
41  Y tomando la mano de la muchacha, le dijo: Talita cumi; que interpretado es: Muchacha, a ti te digo, levántate.
42  Y al instante la muchacha se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron con gran espanto.
43  Mas él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que le diesen de comer a la muchacha.

Comentarios

Entradas populares